Me senté, observé, pensé y esperé...
No podía dejar de pensar en mis cosas: ¿por qué deseo más de lo que tengo?, ¿por qué no valoro siempre lo que poseo?,¿por qué deseo cosas que todavía no se si existen?Pensaba en las palabras, en su significado...retumbaba una frase en mi cabeza. No puedes desear algo que no existe, al menos eso creía...
Si yo naciera en el desierto, sin conocer el agua, ¿desearía beber agua?¿por qué sino la conozco?¿por qué si ni siquiera sé si existe? Si la deseo, debe existir. No estamos mal hechos, me repetía a mi misma.
De repente no sé ni de dónde vino, ni porque se acercó a mi, pero lo hizo...
-¿ Qué esperas ? me preguntó.
tardé en contestar, no sabía fielmente que estaba esperando...
- no lo sé, respondí.
Se hizo el silencio. Pero no era un silencio normal, era un silencio reconfortable. Ambos pensábamos, cada uno en lo suyo, y a la vez en lo del otro.
Pasó un tren. Y otro. Y otro. Y al cuarto tren, le pregunté:
-Perdone, y usted, ¿qué espera?
-A que pase mi tren- contestó en un esbozo de sonrisa.
Tenía una mirada profunda, infinita, incógnita..
-¿Su tren?-respondí asombrada.
Volvimos a ese silencio, pero esta vez, un silencio curioso, un silencio expectante. Había creado en mi una curiosidad, un interés...
-¿Su tren?-volví a preguntar.-¿Cómo que su tren?- temí su respuesta, no era razonable esperar un tren concreto...
Me miró, se sonrió...y me dijo:
-Si lo deseo, debe existir- defendió
-No todo lo que se desea existe- aclaré cortante.
-Eso no es lo que pensabas hace un rato...¿Ves ese niño que hay en frente?- preguntó.
-Sí, claro que le veo- respondí.
-Ayer estaba en la playa cavando un hoyo.
-¿Qué pretendía?-curioseé.
-Meter todo el agua del mar en ese hoyo-afirmó.
-Pero, eso es imposible. El mar es infinito, nunca lo conseguiría...- respondí atónita.
-Igual de imposible es que llegues a entender los misterios de la vida. El porqué de los deseos. El porqué de las cosas. Hay preguntas infinitas a las que no podemos dar una respuesta finita, razonable, lógica... y en cambio, aquí estás, sentada en un andén, haciéndote preguntas sobre deseos en vez de deleitarte con todos ellos, y todo por buscar respuestas concretas a esas preguntas... ¿Y tú te extrañas realmente de que yo espere un tren concreto?-aclaró.
Me levanté, observé, pensé y actué...cogí el siguiente tren...
Aclarando ideas...
viernes, 20 de mayo de 2011
viernes, 19 de noviembre de 2010
¡Incluso no queriendo decidir, decido!
Me encuentro aquí sentada, a altas horas de la noche, y no se realmente qué es lo que quiero escribir, ni como escribirlo. Sólo sé que quiero hacerlo. Es una decisión.
Y de esto precisamente quería escribir...CUÁNTO miedo da decidir. Estamos en una continua decisión. Yo estoy HARTA de tener que decidir. Estoy HARTA de tener que saber que es lo que quiero en cada momento, porque realmente, NO LO SÉ. Me gustaría parar el tiempo o parar el mundo y bajarme de él para pensar, pensar y pensar en que decisiones tomar. Pero desgraciadamente, vivimos en mundo que va MUY deprisa, que todo tiene que ser YA, no hay tiempo, no hay paciencia y desde luego, no hay ganas de esperar...
Llevo un año sin ser capaz de tomar una decisión importante en mi vida. ¿cómo tomar la decisión de dejar algo que quieres pero que ahora mismo no puede funcionar? Pues si, esa decisión de la que tanto he hablado a las personas cercanas a mi, esa decisión, al final...no la he tomado yo, sino él: Mi amigo, mi novio, mi apoyo, mi comodidad, mi rutina, mi amor, mi necesidad, mi cariño, mi paciencia, mi humildad, mi bondad, mi dulzura, mi niñero, mi juguetón, mi compasivo, mi pasión...MI David... Cobarde de mi. Sabía que es lo que debía y tenía que hacer, pero no he sido capaz de decidir. ¿y si me equivoco dejando escapar al hombre de mi vida?
Y de esto precisamente quería escribir...CUÁNTO miedo da decidir. Estamos en una continua decisión. Yo estoy HARTA de tener que decidir. Estoy HARTA de tener que saber que es lo que quiero en cada momento, porque realmente, NO LO SÉ. Me gustaría parar el tiempo o parar el mundo y bajarme de él para pensar, pensar y pensar en que decisiones tomar. Pero desgraciadamente, vivimos en mundo que va MUY deprisa, que todo tiene que ser YA, no hay tiempo, no hay paciencia y desde luego, no hay ganas de esperar...
Llevo un año sin ser capaz de tomar una decisión importante en mi vida. ¿cómo tomar la decisión de dejar algo que quieres pero que ahora mismo no puede funcionar? Pues si, esa decisión de la que tanto he hablado a las personas cercanas a mi, esa decisión, al final...no la he tomado yo, sino él: Mi amigo, mi novio, mi apoyo, mi comodidad, mi rutina, mi amor, mi necesidad, mi cariño, mi paciencia, mi humildad, mi bondad, mi dulzura, mi niñero, mi juguetón, mi compasivo, mi pasión...MI David... Cobarde de mi. Sabía que es lo que debía y tenía que hacer, pero no he sido capaz de decidir. ¿y si me equivoco dejando escapar al hombre de mi vida?
Suscribirse a:
Entradas (Atom)